Monaco Journal - Alto, mediano, bajo: el arte de vestir al nuevo papa

Alto, mediano, bajo: el arte de vestir al nuevo papa
Alto, mediano, bajo: el arte de vestir al nuevo papa / Foto: Andrej ISAKOVIC - AFP

Alto, mediano, bajo: el arte de vestir al nuevo papa

Las vestimentas del papa salen tradicionalmente de las manos expertas de los sastres Gammarelli de Roma, pero en esta ocasión el Vaticano usará sotanas de cónclaves anteriores.

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¿Un guiño a la marcada preocupación del fallecido Francisco por el medio ambiente? "Me lo imagino", estimó Lorenzo Gammarelli, que dirige con sus tres primos esta tienda fundada en 1798.

Una vez terminen las exequias del jesuita argentino, se convocará la elección de su sucesor con cardenales de todo el mundo.

Los Gammarelli trabajan a toda velocidad para vestirlos con sus casacas rojas, pero a estas alturas ya estarían también trabajando en un nuevo paquete de trajes papales para el elegido.

Durante generaciones, los sastres preparan tres sotanas para que el nuevo pontífice pueda salir vestido ya de blanco al balcón de la basílica de San Pedro sin importar su tamaño, sea alto, mediano o bajo.

En los minutos siguientes a su elección, el nuevo papa se coloca apresuradamente el atuendo que mejor le quede para hacer su primera aparición tras el esperado grito de "Habemus papam".

"Hemos vestido a cada papa desde al menos el inicio del siglo XX", dijo Gammarelli a la AFP.

En esta ocasión, "el Vaticano nos dijo que se habían ocupado de ello", señaló.

Cree que las vestimentas del nuevo papa serán "las de los cónclaves anteriores". "Cada vez hicimos tres túnicas y ellos usaron sólo una", asegura.

Es la primera vez que se quedan sin pedido. En el pasado les encargaron menos de tres porque "claramente tenían unas" aún disponibles, explicó el sastre de 52 años.

Francisco desdeñaba los excesos y odiaba el despilfarro. Por ello, Gammarelli no descarta que se trate de un homenaje al pontífice.

- Las tallas de los papables -

Los retratos de los papas se alinean en las paredes de la tienda, situada a pasos del turístico Panteón.

Sus estanterías están repletas de coloridas telas, mientras que las vitrinas exhiben calcetines diseñados para todo tipo de atuendos católicos, desde papas y obispos hasta sacerdotes y seminaristas.

Los nuevos pontífices visten la sotana con una esclavina o capa corta, un fajín de seda blanca y un solideo blanco.

Toma normalmente unos tres días y medio para cortar la tela para una sotana completa, prepararla y coserla a mano.

"Como no sabemos quién será el nuevo Santo Padre, miramos a los posibles contendientes, tomamos las medidas de los que podemos y hacemos trajes más o menos adecuados", dijo Gammarelli.

Sin embargo, agregó, "siempre se puede elegir a alguien no previsto o que tenga unas medidas completamente diferentes".

Gammarelli estima que el Vaticano debe tener a alguien que ajuste la sotana si fuera necesario cuando el nuevo papa se la ponga por primera vez.

- El precedente Roncalli -

Cuando el italiano Angelo Giuseppe Roncalli fue elegido como papa Juan XXIII en 1958, era "uno de los posibles candidatos" contemplados en ese cónclave.

"Habíamos confeccionado una de las tres sotanas exactamente a su medida", cuenta Gammarelli. "Pero en el calor del momento, le pusieron otra que no le quedaba bien y tuvieron que cortarle la espalda y prender el traje con alfileres para que pudiera aparecer en el balcón".

El Vaticano llamó a su abuelo, que entonces manejaba la tienda. "¿Pero qué pasó? ¡No es posible!", recuerda que dijo. Fue a la Santa Sede y notó que tomaron la caja errada.

"Desde entonces hemos puesto una etiqueta con el nombre del candidato más probable", explicó.

Este año es jubilar y la familia ya estaba trabajando a toda máquina incluso sin prever un cónclave.

Y tras la muerte de Francisco, Gammarelli admitió que estaba "un poco decepcionado" de no vestir al sucesor.

"Ya veremos para el próximo", señaló el sastre, que asumió con sus primos el control de la tienda en 2016.

La vitrina que solía mostrar las tres sotanas antes de ser enviadas al Vaticano, hoy exhibe un solitario casquete, que encargó Francisco pero nunca usó.

L.Pascal--MJ